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sábado, 30 de julio de 2016

The Show Must Go On



Este no es un post típico, más bien es una confesión. La verdad es que no sé si es oportuno, adecuado, correcto, coherente hacerlo aquí y ahora, por ser algo tan personal; pero me apetece compartirlo en este blog, el cual ha sido durante estos últimos años un lugar donde he ido vertiendo algunos de mis recuerdos, además de sentimientos y emociones varias. Al principio me costó adaptarme al planteamiento que acordé con Rita, la persona que ya sabéis que es el verdadero motor de este proyecto, la que me empujó a retomar Amarneciendo. En aquel diciembre de 2013, cuando decidimos empezar con este blog, no pude imaginar todo lo que ha sucedido después; y ya no me refiero a los logros alcanzados en la difusión del legado de mi tío, nuestro artista, Miguel Ángel Andés, sino también a aquellas otras facetas vitales que han ido surgiendo también y que podría resumir en dos palabras: amistades y aprendizajes. Los segundos se han materializado en miles de datos, que se han convertido en conocimientos, que terminarán haciéndome(/nos) más sabio(s). Por otro lado, las amistades se han personificado en la gente maravillosa que he(mos) ido encontrando, con Rita, claramente en primer lugar, acompañada de otros nombres que ya conocía, Guillermo, Cruz, Xosé, Carmina, Juanma, Justo..., y otros a quienes ha sido un placer descubrir en el camino: María Jesús, Antonio, Mercedes, Teresa, Pepe, Carlota…, y otros muchos que aparecerán… Eso espero... I hope so...

Espero que así sea... Y lo digo de veras porque el pasado día cinco tuve un infarto... Así, sin más. Qué suerte he tenido, me dicen. Jo, Luis, menudo susto nos has dado. Ahora toca cuidarse. Qué mal lo debiste de pasar. Te cambiará la vida, ¿no? Y tengo que responder que no, que no pienso cambiar... y que tampoco me asusté. Han pasado ya veinte días y he tenido tiempo para reflexionar y repasar las cosas, y he de decir que no pienso cambiar, que la muerte está ahí cerca de todos, que es algo sobre lo que no hablamos mucho con amigos y familiares, pero que está presente constantemente en nuestras vidas, en los medios y en los vecinos, en la lejanía de los atentados y las guerras, y a nuestro alrededor, en nuestra gente cercana, y en miles y cientos de miles, allá, en cualquier lugar de este planeta y que no queremos ni imaginar.

Fue la muerte de mi tío Miguel Ángel la que me trajo hasta aquí, y no hay motivo para esconder este hecho. Si él no hubiera muerto entonces, es imposible saber qué otras historias paralelas habrían sucedido. Ahora tengo bastantes más años de los que Miguel tenía cuando murió. Soy, por así decirlo, más viejo que él, y mi vida ha sido completamente distinta a la suya. No creo que yo alcance a dejar ningún legado que se aproxime al suyo, pero sí me gustaría dejar hoy constancia de mis ganas de vivir y de seguir con este proyecto, y con otros muchos compartidos con amigos y familiares y con todo aquel que quiera un mundo mejor, más justo, más solidario..., y más cercano al Arte y la cultura.

La foto que he elegido para encabezar esta entrada quiere ser una especie de homenaje de agradecimiento a dos grandes amigas, mis escritoras favoritas, con las que estaba ese día que va pasar a ser mi segundo cumpleaños, gracias a lo cual salvaron mi vida. Como dice Rita, soy un chico con suerte..., por tenerlas a mi lado. :-)


Contacto: amarneciendo@gmail.com

sábado, 23 de enero de 2016

Oceánida (II)




Llevo mucho tiempo sin escribir en este blog. Vaya por delante mi agradecimiento enorme para Rita. Ya he contado cómo este proyecto Amarneciendo volvió a echar a andar, después de muchos años de olvido por mi parte, gracias a ella, pero ahora quiero decir que Rita Turza sigue siendo el motor que lo hace seguir en marcha. Tenemos una amiga común, Eva Zamora, que ha escrito cinco novelas en menos de dos años. Vaya también hoy aquí mi admiración hacia ella; su enorme capacidad creativa también me produce una cierta envidia (sana). Ya sabéis que mi espinita de siempre es escribir y este blog me trajo, por fin, la oportunidad de empezar a cultivar esa vocación... El verano pasado fue muy largo, y en los meses posteriores no he encontrado el sosiego necesario para volver a las páginas en blanco. El post de hoy quiere ser una simple declaración de intenciones dirigida, fundamentalmente, a mi alma gemela, la cual sé que tampoco ha pasado por sus mejores momentos, pero que ahí sigue sin desfallecer: pintando, escribiendo, creando..., y cuidando de los suyos. Gracias, Rita, una vez más. 

Obviamente, no puedo cerrar esta entrada sin explicar la foto que la encabeza y hacer una mención, también muy especial, al título y al post del fin de semana pasado. Oceánida, de momento, es otro germen de proyecto que no voy a desvelar todavía, pero que también creo que va a suponer un nuevo acicate para este mi deseo, enorme pero agazapado, de escribir y seguir aportando algo interesante a este mundo convulso de principios del siglo XXI, más preocupado por el fútbol, la economía, la política, el medio ambiente..., que por el arte y, más concretamente, por la poesía y la pintura.

El post del sábado pasado contenía un maravilloso poema de Cruz del Valle, pareja de Guillermo Álvarez, dos enormes personas que han sido un puntal importantísimo para que este proyecto de difundir el legado de mi tío Miguel Ángel Gordillo haya podido cuajar. En su poema, Cruz resume de forma magistral y preciosa una jornada, con comida y sobremesa incluidas, que Maite y yo compartimos con ellos dos, y con María Jesús Aragoneses, otra maravillosa mastaba, de la que también tenemos mucho pendiente que contar. También pude “conocer”, por fin, a Antonio Recamal, otro de los grandes amigos de mi tío en aquellos años de su juventud. Antonio se me ha descubierto también como otro personaje adorable al que no se puede dejar de admirar. Sólo voy a contar que el motivo de la reunión a la que alude Cruz no fue otro que agasajarnos a Maite y a mí con la visión de todo el trabajo que están realizando con el legado de Esther Ortego. Oceánida tiene que ver con ella, pero estoy seguro que va a tener también que ver con muchos (y muchas) más artistas de nuestro país, y del mundo entero, cuyas obras no han tenido los merecimientos y reconocimientos deseados en vida. Como se aprecia en la foto, solo basta con que alguien quiera agarrar el testigo, abrazar al artista por ambos lados... y acompañarle. El retrato que Maite y yo sujetamos es un precioso cuadro de Miguel, Miki para sus amigos, pintado por Esther hace muchos años. Sea esta foto una especie de promesa de que aquí vamos a seguir “por largo tiempo” escribiendo y disfrutando de la obra de nuestro artista...


Contacto: amarneciendo@gmail.com

domingo, 30 de noviembre de 2014

What a weekend!!!



Plaza Santa Ana Para Amarneciendo



Este que termina ha sido un maravilloso fin de semana. Ahora mismo, me siento contento, exultante, jubiloso, dichoso, feliz..., pero, sobre todo, agradecido a dos personas muy especiales.

Para empezar desde el principio, hay que contar que Rita ha venido a Madrid en un viaje relámpago de menos de veinticuatro horas. ¿Y qué más añadir? Si nuestra relación de amistad y trabajo a distancia es formidable, el habernos reunido en persona una vez más ha sido increíble. Porque esta vez su visita ha venido acompañada de dos maravillosos acontecimientos, que me tienen en una nube, "feliz como una perdiz", como diría ella misma.

El primero ha sido la causa principal de su venida. Ayer, a las seis de la tarde, en la Casa de la Cultura de Campo Real, tuvo lugar la presentación de la segunda novela de nuestra común amiga y escritora Eva Zamora. Fue, en muchos sentidos, un acto impresionante, el primero de muchos que Eva va a seguir protagonizando en el futuro, porque Eva, nuestra Eva, tiene madera de gran novelista y, encima, ha tenido la suerte de encontrar un estupendo editor que ha hecho un magnífico trabajo con este su primer libro en papel. Aquí os dejo un enlace que lo explica todo mucho mejor. Esperamos contar en breve con fotos y más enlaces relacionados con este hito de la Literatura Española contemporánea. El caso es que podría contar muchas más cosas de Eva y de su obra, La esencia de mi vida, pero como no es cuestión de alargarse mucho en un post, solo voy a confesar el enorme orgullo que siento por la presentación de ayer. Hay muchas razones para sentirme así, pero, de nuevo, dos son las fundamentales. Una, Eva me/nos nombra a Rita y a mí en los agradecimientos de su novela y eso, eso es un enorme honor. La segunda razón es que Eva, al igual que Rita, es una buena amiga, pero cuando la conocí era una de mis alumnas en un grupo de secundaria de mi antiguo centro, un grupo y un centro de los que guardo gratísimos recuerdos. Ayer tuve que negar varias veces ningún mérito, pero aquellas clases de Literatura con Eva y sus compas de grupo durante el tercer trimestre de aquel curso dan para varios posts. (Otro día y en otro blog. ;-)

La esencia de mi vida para Amarneciendo
El segundo hecho, el cual todavía me llena de más orgullo y satisfacción (;-), es que Rita apareció ayer en Madrid con otro libro. Y aquí voy a tomar aire, porque me emociono...
Si ayer fue maravilloso tocar el libro de Eva, tener entre mis manos este otro de Rita ha sido, si cabe, más maravilloso en la medida que Se avecinan noches de tormenta, que es así como se titula este su primer poemario en papel, tiene mucho que ver con nuestra relación de amistad, pero también con este nuestro proyecto de difundir el legado de Miguel Ángel Andés. Solo voy a añadir que la portada de este precioso libro contiene la fotografía de otro de mis dibujos favoritos de Miguel y, además..., el prólogo del libro cuenta mucho más. Y para leerlo, solo hay que adquirirlo. Por supuesto, al igual que hay que adquirir el de Eva. :-)

Se avecinan noches de tormenta para Amarneciendo
Incluiremos en breve, en esta entrada y en los márgenes de este blog, los enlaces a los sitios donde se podrán adquirir las versiones digitales de ambos libros, aunque si estás ya interesad@ en poseerlos en papel, ponte en contacto con nosotros en la dirección de más abajo. No te pierdas esta oportunidad de conseguir las primeras ediciones de estas dos magníficas obras literarias.

Salud y amarnecer.

Posdata: Se me olvidaba decir algo de la foto que encabeza esta entrada. Ahí están, esta mañana en la Plaza de Santa Ana, en pleno Barrio de las Letras de Madrid, al lado de nuestro querido Federico García Lorca: las dos escritoras, Rita y Eva, Eva y Rita, acompañadas de sus más grandes admiradores, entre los que, of course, se encuentra un servidor. :-)