Mostrando entradas con la etiqueta París. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta París. Mostrar todas las entradas

domingo, 5 de junio de 2016

Miguel en Benidorm (II)


Última página de la carta de Andés a las Ortego
En la entrada previa con este mismo título, hablábamos de una carta que nuestro artista escribió allá por julio de 1974 a las hermanas Ortego y he de confesar que cometí algún error. Quiero decir que afirmé algunas cosas que luego he descubierto que no fueron tal cual, y es que esto de escarbar en el pasado es complicado... a la vez que apasionante. Cuando leí la carta por primera vez, di por supuesto que mi tío andaba de vacaciones en Benidorm, un lugar emblemático de asueto, ocio y molicie… Y no fue así. Incluso, hice un comentario de esa frase en la que decía: “Parece que los trabajos me van bien pero en detrimento del que me interesa: del que tú dispondrás tras la playa -- Pintar… pero también me viene bien esta pausa”.  Ahora sé que es un tanto contradictoria, porque gracias a nuestro amigo e insigne colaborador Guillermo Álvarez hemos sabido que “Miki sí estaba trabajando en Benidorm”, trabajando en el sentido más usual de la palabra. Nuestro Guillermo recuerda que “Miki fue a trabajar en el estudio de los sociólogos de EUSA en un proyecto de urbanismo que dirigía Henry Lefebvre, ni más ni menos. También estaba Paco Barrero, el otro poeta de Mastabas. Para él fue un espaldarazo, por todo lo que supuso la experiencia”, la cual debió de ser muy corta. Guillermo añade que con el dinero que ganó en Benidorm nuestro artista, invitado por Jean Louis, viajó a París, donde ya sabíamos que pasó también una breve temporada, tal como él mismo me llegó a contar alguna vez y como atestigua esta foto de su álbum personal.

Andés París Amarneciendo
Miguel en París

Henry Lefebvre había publicado  en 1968 una obra titulada Le Droit à la ville (El derecho a la ciudad) “en la que trataba la tendencia generalizada hacia la urbanización y reflexionaba sobre sus repercusiones para el ser humano y para el futuro de la humanidad. Lefebvre se refería al ‘derecho a la ciudad’ como uno de los derechos fundamentales del ser humano y de la ciudadanía, un derecho que implica la motivación de la sociedad civil para re-crear la ciudad como parte de una ‘misión’ común y colectiva”. Entrecomillo lo anterior porque proviene de un artículo que he encontrado por ahí y que me ha llamado enormememte la atención. Lefebvre fue, entre otras muchas cosas, un intelectual y filósofo marxista francés que en aquella obra postulaba por la total integración de los outcasts (los exluidos) en las ciudades. Siempre he imaginado a mi tío Miguel Ángel como un outcast, un hombre, un artista fuera de su tiempo y lugar, en un Madrid que no supo comprenderle a veces. ¿Lo fue realmente? ¿Lo sería ya en 1974? ¿Sería por eso que le contrataron? Sobre la primera pregunta creo tener respuesta, pero la dejo para un futuro post.

Así pues, no estaba de vacaciones, aunque en un principio me lo pareció con esas alusiones a la playa, las exposiciones, el cine y los paseos con un perro. No hemos encontrado ninguna foto de Miguel en Benidorm, pero sí muchas de aquel año, que como ya hemos contado pudo ser su mejor año, artísticamente hablando. De aquella época son algunas fotos en su barrio, publicadas en este blog y que también usamos en 1999 para ilustrar algunas páginas de aquel Tercer Libro del Grupo Prado de Poesía, su antología poética.
Andés delante de las Escuelas Pías de Lavapiés (Madrid)

En su carta a las hermanas, Miguel habla de varias cosas más, que llamaron mi atención profundamente la primera vez que la leí. Les prometía mandar "momento" de una exposición de "muebles objetados" y habla de un ojo de Man Ray. ¿Se referiría a este?

Indestructible Object (Or Object To Be Destroyed) by Man Ray
¿Hasta qué punto uno de los máximos representantes del Surrealismo y del Dadaísmo influyó en Andés? Me encanta pensar en cómo fue surgiendo el artista Miguel Ángel Andés, cómo Man Ray, Esther Ortego y otros muchos fueron dejando huella en su forma de crear, en sus cuadros, en sus dibujos, en sus cajas de cerillas...
Un cuadro sobre respaldo de silla by Andés
Debo terminar esta entrada de alguna manera, pues veo que me estoy alargando demasiado y no quisiera dejar de referirme a otro asunto que Miguel también dejó plasmado en esta carta. Me refiero a la película O Lucky Man!, la cual está claro que fue a ver a alguna sala de Benidorm. Miguel dice: "Voy al cine también aunque la calidad no gobierna aquí: el otro día se les escapó una: “Un hombre de suerte” muy buena, de esas que sólo se ven en Europa". El año anterior se había presentado al Festival de Cannes, y por aquel entonces la censura franquista debía de haber bajado mucho la guardia, puesto que el filme es una clara alegoría anticapitalista.  El caso es que estuve viéndola hace unos días, y voy a guardarme los comentarios también para un futuro post.

Alan Price canta esta canción al principio de la película.


¡Un hombre de suerte! Y qué casualidad que Rita lleve unos cuantos días sin parar de decir que ella es "una chica con suerte"… Acaba de salir a la luz su segundo poemario, Punto y seguido. No os lo podéis perder. La coautora de este blog, Rita Turza, ha vuelto a apostar por los sentimientos a flor de piel y por el papel, y confiesa que las satisfacciones que está viviendo estos días no tienen precio... E insiste: "Soy una chica con suerte"... Y yo digo lo mismo: qué afortunado soy de compartir este proyecto con una persona como ella y de poder seguir investigando y aprendiendo gracias a un personaje tan apasionante como Miguel Ángel Andés

Punto y seguido by Rita Turza

Foto de la carta de Miguel a las Ortego: Cortesía de la Asociación Oceánida
Fotos de Miguel en Lavapiés y en París: Álbum personal del artista
Vídeo: Comienzo de la película británica O Lucky Man! (1973)
Foto de Indestructible Object de Man Ray, tomada de MOMA Collection (http://www.moma.org/collection/works/81209)

Contacto: amarneciendo@gmail.com

sábado, 6 de septiembre de 2014

Los soportes



Silla Andés para Amarneciendo.



Entre esta obra de Miguel y la de más abajo hay una diferencia de veinte años, pero ambas comparten una peculiaridad de la que ya hemos hablado en un reciente post titulado “Cuadros”: las dos fueron pintadas en un soporte poco convencional, por decirlo de algún modo. Es sabido que a lo largo de la historia de la Pintura han sido muchos los artistas que han utilizado materiales, más o menos insólitos, distintos a la tela, el papel o la madera, para realizar sus creaciones. A partir de la segunda mitad del siglo XX, es cuando se produce la mayor ruptura de los pintores y dibujantes con las técnicas, materiales y soportes tradicionales. No vamos a afirmar que Miguel Ángel Andés haya sido el primer artista que utilizara objetos encontrados para crear trabajos pictórico-plásticos, pero resulta chocante que este tipo de obras no se vean más a menudo en las colecciones permanentes de los museos y que la pintura, para el gran público, casi siempre se asocie a superficies planas de forma más o menos rectangular.



El “cuadro” que introduce este post fue pintado sobre el respaldo de una silla. Era el año 1992, su última época. Seguramente, Miguel Ángel usó pinturas acrílicas para crearlo. Lo más singular, claro está, es la forma en que aprovecha la estructura de madera del respaldo para configurar una cara cuyos rasgos parece que ya estuvieran en esa silla antes de que Miguel decidiera pintar sobre ella. Esta obra se encuentra en casa de mi tío Carlos, el hermano menor de los siete, el cual ya dijimos conserva la mayor parte de la obra pictórica de Miguel. Hacía tiempo que no visitaba la casa de Carlos y, esta pasada primavera, fue una gratísima sorpresa encontrarme con la mayor parte de aquellos cuadros que desalojamos de la calle Caravaca cuando mi abuela Saturnina decidió irse a vivir a Valdepeñas. Sabía que Carlos tenía un garaje que había acondicionado como un espacio más de la casa, mitad gimnasio-mitad salón, pero lo que no recordaba era que ese enorme espacio se había convertido también en una especie de museo-santuario de la obra de su hermano. Mostraremos alguna foto más adelante de este pequeño museo. Solo adelanto que contemplar otra vez más de veinte cuadros de Miguel colgados en las paredes de un mismo espacio fue un auténtico placer.



Yo conservo también muchas obras de Miguel. En las paredes de las distintas habitaciones de mi casa, cuelgan muchos cuadros, y la mayoría son de mi tío. También conservo una gran parte de sus dibujos en papel, pero para no perder el hilo de este post quiero centrarme en el “cuadro” de más abajo. 

He escrito dos veces las palabra "cuadro" entrecomillada, porque es evidente que esta otra obra no tiene ningún ańgulo recto. Esta pequeña tablilla de madera, cuya base mide tan solo catorce centímetros, tiene la forma de un triángulo redondeado, el cual ahora mismo se me asemeja también a aquellos senos que luego fueron motivo principal de muchos de los cuadros posteriores de Miguel. Conservo dos tablillas más de parecido aspecto y tamaño. Esta en concreto no mide de alto más de trece centímetros y lo que más nos sorprende, aparte de la forma del soporte, es su motivo central y la técnica utilizada. Hay mucho de vanguardista en esta pequeña obra, donde encontramos un círculo plateado pegado, no pintado, y otro círculo rugoso, el del ojo del pez (o feto, no sabemos), que al tocarlo parece un desgarro en la propia madera, pero que, realmente, Miguel realizó acumulando más pintura en su contorno. En la parte trasera de la tabla podemos leer con dificultad, en boligráfo negro, la anotación “París 12 Agosto 1972”. Luego, con un rotulador azul y con su misma caligrafía, podemos leer claramente “Andés París 72”. Sabemos que Miguel anduvo un verano por aquella ciudad, cuna y destino de miles de artistas a lo largo de los dos últimos siglos. Está claro que allí mi tío debió de conocer y ver mucho arte contemporáneo. Qué mejor sitio, ¿no?



Miguel Ángel para Amarneciendo


Suponemos que fue aquella visita a París la que llevara, más tarde, a nuestro artista a pintar sobre otros soportes insólitos. Está claro que dos años después sus cajas de cerillas, a las que dedicaremos un post más adelante, fueron una novedad que repercutió en el panorama artístico de la época en nuestro país, donde, por supuesto, el arte de vanguardia ya llevaba décadas genialmente representado por los más grandes (Picasso, Dalí, Miró, etc., etc.), pero en el que todavía nos quedaban unos pocos años para despertar al nuevo mundo de la libertad y la democracia. Me gustaría terminar diciendo que Miguel Ángel Andés aportó su granito de arena a la Historia de la Pintura de esa época y que su obra sigue viva y aportando valores al Arte de nuestro país.



Contacto: amarneciendo@gmail.com