domingo, 21 de diciembre de 2014

Gotemburgo 1975


gotemburgo para Amarneciendo



Ya hemos hablado hace tiempo de este maravilloso cuaderno de dibujo, del cual llegué a decir que es mi obra favorita de Miguel Ángel Andés. Es nuestra intención mostrarlo íntegramente más adelante. También dijimos que no hay prisa en este proyecto, que cada semana iremos mostrando una pequeña faceta de nuestro artista. Y qué mayor placer que compartir esta aventura tal cual se va desarrollando. Así pues, hoy traemos un nuevo dibujo de ese cuaderno datado en 1975 en la ciudad de Göteborg. Lo hemos elegido por su singularidad, es de los pocos que contiene algún elemento de collage adicional.

En este otro post titulado “Mi dibujofavorito” empecé ya a contar parte de la historia de aquella visita de Miguel a la segunda ciudad de Suecia. A través de Guillermo Álvarez hemos sabido que, posiblemente, aquel viaje supuso un antes y un después en la vida de Miguel. Aunque en 1972 había estado ya en París, aquel verano en el país escandinavo, según Guillermo, fue toda una experiencia para Miguel, algo que le marcó para siempre y que dejó claro que nuestro artista no era un personaje común. El objetivo de aquel viaje, y de otros previos que Guillermo había hecho en veranos anteriores, era “trabajar”, con todo el sentido de la palabra. Se trataba, pues, de conseguir dinero suficiente para vivir el resto de año dedicándose a lo que realmente cada uno deseaba más. Guillermo y Cruz nos cuentan que ellos consiguieron vivir unos cuantos años en Londres con el dinero que ganaron aquellos veranos en Göteborg. ¡Qué historias! Espero que Guillermo nos cuente mucho más en persona en nuestro próximo encuentro.

El caso es que Miguel no supo, o no pudo, adaptarse muy bien ni a aquel clima ni al objetivo marcado para el viaje de 1975 que le propusieron sus amigos, los cuales ya contaban con la experiencia de veranos previos. Sus limitaciones, fundamentalmente de competencia en inglés, le llevaron a fracasar en varios trabajos para los que Guillermo y otros habían mediado para conseguirle. Hay que añadir algo que ya hemos contado: Miguel era un ser excepcional, pero a la vez muy frágil; aquellos empleos requerían de un esfuerzo físico importante. Según Guillermo, eran unos trabajos estupendos, donde la responsabilidad y el estrés síquico no existían. Camareros, lavaplatos, limpiadores..., en hoteles, residencias, restaurantes..., esas eran las profesiones que en aquel entonces ocupaban aquellos jóvenes y locos españoles en aquel país. Qué paradójico es pensar que hoy en día, casi ya en 2015, muchos otros jóvenes de nuestra España (en su mayor parte universitarios) están realizando esas mismas tareas en ciudades como Londres, Berlín...; pero, eso sí, esta vez conducidos por unas causas y motivaciones totalmente distintas de las de aquellos jóvenes de hace cuarenta años. :-/


Esta imagen del álbum personal nos muestra a Miguel con dos personas que debió de conocer allí. Hay un par de fotos más donde vuelven a aparecer los tres acompañados de un nutrido grupo de chicas, todas también con bata blanca, que trabajarían en el edificio de atrás, posiblemente un hotel o una residencia. La actitud de Miguel y su pose parecen la de alguien que se está despidiendo; no lo sé. Pero lo que sí sabemos es que los dibujos de Miguel de aquel veranos son, posiblemente, lo mejor de su obra gráfica.


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