Pensaba escribir sobre otro tema, pero la emoción de anteayer continúa hoy domingo. No me gusta mucho aparecer en fotos; no obstante, creo que la ocasión lo merece, en la medida que la imagen que abre esta entrada de hoy muestra, de forma mucho más clara que con las palabras, la enorme satisfacción que sentí anteanoche al acompañar (en la parte técnica;-) a mi cuñado Luis Miguel Uriarte en la presentación de su tercer poemario titulado Por caminos inciertos.
He asistido a unas cuantas presentaciones de libros y he de decir que la de anoche fue un acto singular, realmente bonito, emocionante..., y emotivo. Cuando acabó, estuvimos un buen rato charlando, y le dije a mi cuñado que tenía que prodigarse más, "que los poetas tenéis mucho que decir, que en este país hace falta más poesía como la vuestra, como la de Miguel Ángel y como la de otras muchas personas que dicen cosas de verdad". Ya, con el segundo vino, llegué a comentar que en este país no se sabe enterrar a los poetas. Y dije alguna cosa más, pero no es cuestión de extenderse mucho en este post, aunque el tema dé para largo. Los ingleses sí que saben enterrar a sus poetas. Como profe de Inglés que soy, conozco bien algunos defectos y algunas virtudes de nuestros vecinos de la Gran Bretaña, pero siempre admiraré el hecho de que en la Abadía de Westminster, uno de los lugares más emblemáticos de la Historia de Inglaterra, comparable a nuestro Monasterio del Escorial, podamos encontrar los restos del poeta Geoffrey Chaucer y los de Isabel I, una de las reinas más importantes de Europa, la cual llegó a hacer sombra a nuestro mismísimo Felipe II. Me sigue admirando ver que Oscar Wilde, Charles Darwin, Isaac Newton y otros muchos poetas, dramaturgos, científicos británicos... están enterrados, o tienen una placa conmemorativa, en el mismo lugar donde se entierran y coronan a los monarcas de ese país. Con esto, no reclamo que aquí se haga lo mismo. Solo digo que aquí, en España, el arte y a la cultura han vivido casi siempre en una penuria ancestral, que tuvo momentos de esplendor como el principio del siglo XX, que cayó de nuevo en el abismo entre los años 1936 y 1975, que pareció renacer en los 80 y que, hoy día, sigue luchando contra "los elementos", dígase IVA al 21%, por poner un ejemplo. En España, por lo general, los poetas nunca ha estado bien considerados. "Gente de mal vivir, rara y bohemia", decían las madres. Algo de razón tenían, y más, si luego añadían lo de "y de mal morir" y nos recordaban a Machado, a Hernández o a Lorca, por poner tres ejemplos entre otros muchos.
Anteayer Luismi recordó a Miguel Ángel Andés. Claro está que me encantó que lo hiciera. Ya contamos en un post anterior que su nuevo libro Por caminos inciertos incluye un poema que es un homenaje nuestro artista. Luismi habló un poco de de
Miguel y luego leyó ese poema. Sobre Miguel Ángel Andés vino a
decir que fue un poeta inclasificable, creador de nuevas palabras,
pintor travieso, luminoso y trágico, y precursor de la movida
madrileña, al que siempre acompañó un cierto "malditismo".
Y creo que fue esta palabra la que me llevó a pensar en la Abadía
de Westminster y en los poetas ingleses. :)
Para terminar este largo post, quería subrayar otras palabras de mi cuñado en la presentación. Luismi vino a afirmar que, "para él, escribir es un acto de amor, que el amor es la gasolina que alimenta la maquinaria que le permite escribir, lo que engrandece lo pequeño y empequeñece lo grande". Y creo, firmemente, que esta idea también habría sido compartida por Miguel Ángel Andés.
Posdata: Aquí os dejamos un vídeo con la presentación de diapositivas que se fue proyectando anteayer. Os recordamos también que el próximo martes 2 de diciembre Luismi volverá a presentar su libro, esta vez en Madrid. Será a las 19 horas en el Centro Cultural y Juvenil de Moratalaz de la calle Fuente Carrantona, nº 10. Estáis invitados.
Contacto: amarneciendo@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario