domingo, 7 de agosto de 2016

Con Oceánida por Galicia



Miguel y Esther a su llegada a Moaña en 1974

Ha pasado más de un mes desde mi susto, y estoy intentando volver a la normalidad, a mi vida normal, esa que el médico me ha dicho que tengo que empezar a hacer…; y aquí estoy escribiendo en plenas vacaciones estivales. Pero he de añadir que el contexto y el tema son extraordinarios, y explico por qué.

Finalmente, el médico me desaconsejó salir al extranjero; así que he terminado apuntándome, acompañado por un estupendo grupo, en un viaje de ocio pero también de trabajo e investigación, que nos está resultando de lo más gratificante por un montón de razones que contaré la semana que viene. Hoy solo quería agradecer.

Quiero agradecer la compañía de Maite, por supuesto, y de tres amigos de la Asociación Oceánida, Guillermo, Cruz y María Jesús, los cuales ya tenían desde hace tiempo planificada esta visita a Galicia en busca del rastro que Esther Ortego, la buena amiga y maestra de nuestro artista, dejó por tierras gallegas allá por los años 60 y 70, cuando, junto con su hermana y su madre, pasaban alguna temporadas de vacaciones.

Como se comprenderá, mi interés, y el de todos, no solo se queda en en ese objetivo, y quiero recordar que ya hemos hablado en este blog de Moaña y de que Miguel también compartió unos días de vacaciones allí con las hermanas Ortego. La foto de Miki con las hermanas en este antiguo post no la llegamos a comentar, pero sí quiero decir algo sobre la que encabeza esta entrada.

¿Qué no tuvieron que pensar las gentes gallegas de aquel año 1974 cuando vieron llegar a esta pareja de Madrid con sus ropas modernas y su aspecto de venir de otro planeta?  ¿Y qué no dijeron luego, cuando se enteraron que eran pintores y poetas? Pues me atrevo a decir que la cosa no ha debido de cambiar mucho, a pesar de que hoy en día en Galicia, como en muchos otros sitios de España, podemos disfrutar de estupendos museos y de interesantísismos eventos relacionados con la Cultura en toda su extensión y el Arte en particular. Sirva como muestra de esto que digo el maravilloso Museo Da Arte Contemporánea Costa da Morte, sito en la pequeña villa pesquera de Corme y que gracias a la Fundación Torre-Pujales ha conseguido reunir un cuerpo de obra digno de admiración y a la altura de otras instituciones en ciudades de mucho mayor tamaño.

Lo dejo aquí por hoy con dos fotos de cierre. En esta primera podéis vernos impresionados e impactados en una de las salas del museo. No se me olvida contar que el Museo Da Arte Contemporánea Costa de Morte alberga varias obras de la propia Esther. Agradezco desde aquí la magnífica bienvenida que nos ha dado la Fundación Torre-Pujales y, especialmente, a dos personas de las que también hablaré en un futuro cercano: Carlota Cuesta y Encarnación Pisonero. Estas vacaciones quedarán grabadas en mi memoria gracias a las dos.
Tuvimos las mejores guías
En esta última foto, el "grupito oceánido” estamos posando de forma divertida al lado del Faro Roncudo. Como podéis apreciar, no todo está siendo trabajo. ;-) Ya os contaremos mucho más  a la vuelta.



P.D.: Antonio, Mercedes, Rita, os echamos de menos.


Fotos: Álbumes personales de Miguel Ángel Andés y de Amarneciendo. 


Contacto: amarneciendo@gmail.com

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